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El mundo de las monedas

  • Priscila Terrazas y Daniel Porcayo
  • 4 feb 2018
  • 6 Min. de lectura


La Casa de Moneda de México fábrica o acuña tanto monedas de curso legal como de colección o inversión. Las monedas de curso legal son las que utilizamos en nuestra vida diaria para realizar pagos. Las monedas de colección están acuñadas en metales preciosos como el oro y la plata. A continuación, te explicaremos el proceso que conlleva la fabricación de monedas


DISEÑO DE MONEDAS


El proceso de creación de una moneda inicia cuando Banco de México solicita a la Casa de Moneda de México la elaboración de un proyecto tomando como referente lugares emblemáticos de la historia de México. En dicho proyecto se debe especificar el tema central, la denominación, el diámetro y el metal a utilizar en la nueva moneda.

“La planeación, la investigación y el desarrollo del tema son realizados por diseñadores de la Casa de Moneda. Este trabajo consiste en consultar el archivo histórico de la Casa de Moneda y de distintas bibliotecas, visitar zonas arqueológicas y museos, y realizar entrevistas a expertos en el tema.” (Banco de México, 2015)


AUTORIZACIÓN


“El proyecto de la nueva moneda se somete a la consideración del Ejecutivo Federal y del H. Congreso de la Unión. El Congreso autoriza su acuñación y, mediante un decreto, pública en el Diario Oficial de la Federación todas las características que deberá reunir la nueva moneda.” (Banco de México, 1999)


FABRICACIÓN

Las monedas de curso legal se producen con materiales mucho más baratos y en grandes cantidades en comparación con las monedas de colección. El proceso de fabricación de las monedas de curso legal se realiza en las siguientes

etapas: modelado en plastilina, fabricación del punzón, troquel y cospel, acuñación y empaque. (Banco de México, 2015)



PROCESO DE FABRICACIÓN


Modelado en plastilina


El diseño de la moneda se moldea en plastilina sobre un disco de acrílico para darle volumen. Este disco es diez veces más grande que el tamaño que tendrá la nueva moneda. Su gran tamaño tiene el fin de obtener una imagen muy detallada y resaltada con el objeto de hacer la reducción del diseño al tamaño real de la nueva moneda. (Banco de México, 2015)


Fabricación del Punzón


Con la imagen resaltada, se realiza una reducción del diseño sobre un cilindro de metal, en bajo relieve y con las medidas reales de la nueva moneda. A este cilindro se le da el nombre de punzón primordial. Este punzón es revisado por un grabador, quien hace los retoques necesarios, afina detalles y corrige deformaciones e imperfecciones.


“El punzón retocado se somete a altas temperaturas para hacerlo más resistente y duradero, así, podrá soportar altas presiones en las siguientes etapas de acuñación. A continuación, se hace el grabado a mano de los textos. Las inscripciones que se graban comúnmente son: el año de acuñación, el valor nominativo o facial (denominación), la gráfila u orla que es el relieve más alto del grabado y se encuentra muy cerca o unida al borde por ambos lados de la moneda, y la ceca, que es el sello de la casa que acuña monedas. La ceca aparece generalmente en el reverso de las piezas y en el caso de la Casa de Moneda de México.” (Banco de México, 2001)


Posteriormente, se genera un molde de acero que contiene el grabado en hueco de la moneda. Un grabador ajusta la curvatura de dicho grabado y hace los últimos retoques y finalmente, el grabado lo vuelve a someter a altas temperaturas.



Producción del troquel


Un troquel es una especie de molde en el cuál se imprime el diseño de la moneda sobre un disco de metal que se convertirá en moneda. A este disco se le conoce como cospel.


“Los troqueles se elaboran en una prensa hidráulica y se obtienen mediante el clavado del punzón sobre un cilindro de metal que produce la imagen del grabado en hueco (negativo). Cuando el troquel golpea el cospel, se obtiene la impresión en relieve (positivo) de la moneda.” (Banco de México, 2015)


Elaboración del cospel


Los cospeles son cortados a partir de unas tiras de metal, llamadas rieles, en una fábrica externa o en la propia ceca. Estos cospeles pasarán una serie de procesos hasta convertirse en cospeles listos para acuñar.


Las monedas de curso legal utilizan metales industriales como acero inoxidable, bronce/ aluminio y alpaca. La Casa de Moneda compra láminas de estos metales. El metal que cumple con las especificaciones de espesor, anchura, acabado superficial, peso y composición química, ingresa al proceso de producción.


“Las láminas de metal se reciben en forma de rollos. Estas láminas se aplanan para poder iniciar el corte de los cospeles. Al realizar dicho corte, se pone atención en el rendimiento de la lámina, así como en el diámetro y peso individual del cospel. Aquellos que no cumplen con la calidad, peso y forma adecuados son enviados de nuevo a la fundición para su laminado.” (Banco de México, 2015)


Al cospel se le eliminan todas las rebabas y marcas de corte de su orilla. Además, se le forma un borde en el perímetro para formar el marco de la moneda.


Acuñación y empaque


“En esta etapa final, se imprime el diseño a presión sobre el cospel, por medio de una prensa hidráulica que impacta a los troqueles. Se coloca un troquel en la parte de arriba del cospel anverso (con el diseño de la cara principal que en nuestras monedas es el Escudo Nacional) y un troquel reverso por la parte de abajo (con el diseño de atrás de la moneda). Al finalizar esta etapa, el cospel se convierte en moneda. La prensa de acuñación puede producir miles de monedas en una hora.” (Banco de México, 2015)


Distribución


“Una vez que la moneda ha sido acuñada y debidamente empacada, está puede ser distribuida a todo el país. El punto de partida es la Casa de Moneda de México que se localiza en San Luis Potosí. Desde ahí se envían las monedas vía terrestre a la Oficina Central o a las sucursales de Banco de México.” (Banco de México, 2004)


A su vez, Banco de México distribuye la moneda a los bancos.


Retorno y destrucción


A diferencia de los billetes, las monedas no suelen sustituirse por estar deterioradas. Prácticamente, éstas nunca regresan al banco central y cuando lo hacen, los mismos canales que utiliza Banco de México para distribuir moneda, se utilizan para su regreso; es decir que los bancos depositan la moneda en Banco de México ya sea en alguna sucursal o en la Oficina Central. Todas las monedas depositadas en sucursales se envían a la Oficina Central.


“Banco de México puede ordenar la destrucción de moneda en dos casos. El primero es cuando la moneda es desmonetizada por decreto; es decir, cuando por Ley se determina que deja de valer lo que indica su denominación. El otro caso es cuando ya no está en condiciones de circular debido a su desgaste.” (Banco de México, 2001)


Existen dos formas de destruir monedas. La primera es por medio de la fundición, así el metal puede volverse a utilizar. El segundo tipo de destrucción es por medio de la troquelación de líneas y marcas que borran los grabados originales del anverso y del reverso de la moneda. En el caso de las monedas bimetálicas, se les separa el núcleo y el anillo o arillo para ser destruidas.



El Banco de México tiene la facultad exclusiva de proveer de billetes y monedas a la economía nacional. La importancia de esta tarea se ve reflejada día a día en la gran cantidad de transacciones que se realizan en todo el país con los mismos, de manera automática y sin mucha reflexión del esfuerzo y trabajo que hay detrás de su diseño y fabricación, así como de su provisión para que se encuentren en todos los rincones del país, en cantidades adecuadas para facilitar su uso. Adicionalmente, los billetes y las monedas son como una tarjeta de presentación de los países. A través de ellos se pueden conocer algunos aspectos de su arte, sus tradiciones y costumbres, conformando un elemento importante de la cultura mexicana.



Referencias:


Banco de México. (1 de enero de 2015). Banco de México. Obtenido de Banco de México: http://www.banxico.org.mx/divulgacion/billetes-y-monedas/participacion-del-banco-mexic.html#Monedas


Banco de México: El billete mexicano, México, D. F.: Landucci editores, 1999.


Banco de México: La Distribución de Moneda en México, México, D. F.: Chapa ediciones, 2004.


Banco de México: La moneda mexicana, México, D. F.: Ediciones Horz&Chapa, 2001.


Las opiniones son personales, realizadas en un ejercicio académico en el marco del programa Enlaces Universitarios Banxico y no necesariamente coinciden con las del Banco de México.


Embajadores Banxico


Juan Daniel Porcayo González

Facultad de Derecho

Universidad Privada del Estado de Morelos

Campus Cuernavaca


Priscila Elizabeth Terrazas Rico

Licenciatura en Administración Financiera

Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey

Campus Chihuahua


 
 
 

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